La culpa es ese sentimiento que todos hemos tenido alguna vez en nuestra vida, un sentimiento que nos hace sentir mal y que pocas veces gestionamos de manera efectiva. De hecho, hay personas que se sientes culpables por lo que hacen y por lo que pueden llegar a hacer.
Pero, ¿qué es la culpa?, ¿cómo podemos definirla?, y sobre todo, ¿cómo podemos solucionarla?
Podemos definir la culpa como un sentimiento complejo que resulta de la combinación de varias emociones como la tristeza y la rabia, a las que se une un componente cognitivo. Es un sentimiento aprendido, desde pequeños nos van enseñando qué está bien y qué está mal. Transgredir esa norma hará que nos sintamos culpables. Pero esas normas son las que nos han enseñado en nuestro entorno social que, a veces, pueden ser excesivamente rígidas y que pueden diferir de otro entorno social. Estas normas son básicamente internas.
La culpa es un sentimiento que nos ancla en el pasado, porque cuando uno se siente culpable se centra en el allí y entonces, en vez del aquí y ahora. Nos quedamos inmovilizados generando rumiaciones sobre lo sucedido. Y esto nos lleva a no avanzar en el ciclo de la experiencia.
Un apunte importante, el sentimiento de culpa se centra en la persona, no en el hecho en sí, haciendo que parezca que la condición de la persona es sólo esa, ser culpable. Y es cierto, mantenemos viva la culpa porque no somos capaces de perdonarnos.
La pregunta es: ¿Cómo podemos perdonarnos? Hay algunas soluciones que podemos, y debemos, poner en práctica para no anclarnos en el pasado y seguir avanzando en nuestra vida. En primer lugar tenemos que buscar las causas de la culpa, encontrar esa señal que nos ha puesto en camino de algo que no está bien, reflexionamos y actuamos en consecuencia. Cambiamos el sentimiento negativo por una experiencia para aprender y crecer.
En segundo lugar debemos asumir nuestra cuota de responsabilidad. Para ello debemos ser muy objetivos y no criticarnos a nosotros mismos. Evalúa qué hiciste y qué podías haber hecho para evitarlo. Sé benévolo contigo, no somos perfectos y no podemos controlar todos los factores.
Acepta el error pero no te fustigues, aprende de él, no te quedes parado en pensamientos y rumiaciones que no llevan a nada. Habla y busca nuevas perspectivas sobre el hecho.
Y perdónate, has cometido un error y has aprendido de él. Una buena manera de perdonarte es pensar que es res un niño pequeño ¿qué le dirías?, ¿lo dejarías sufriendo o le darías palabras de aliento y cariño para que aprendiese? Tú eres ese niño.
A veces la culpa está tan enquistada que necesita ayuda, entonces busca apoyo psicológico para solucionarla.
No lo olvides, todos cometemos errores.